Una encuesta realizada por la consultora Opinión Mendoza, entre el 15 y el 19 de julio en los departamentos de San Rafael, General Alvear, Malargüe, San Carlos, Tunuyán y Tupungato revela un escenario político y social atravesado por la preocupación económica, un respaldo sostenido al presidente Javier Milei, y una clara preferencia de La Libertad Avanza como espacio político.
Economía: preocupación constante con expectativas moderadas
El relevamiento muestra que para una amplia mayoría la situación económica familiar se ha mantenido igual o ha empeorado en el último año. Sin embargo, hay una leve mejora en las expectativas: crece moderadamente el número de personas que cree que la economía de su hogar podría mejorar en el próximo año.
Los datos permiten observar una correlación directa entre esta percepción económica y el tipo de apoyo al presidente: si bien Milei mantiene una imagen positiva elevada, esta comienza a migrar desde un respaldo duro hacia una adhesión más matizada. Según el informe, “el apoyo al presidente Javier Milei experimenta una modificación, trasladándose gran parte del apoyo duro a uno más moderado”.
Ingresos-salarios y trabajo, las prioridades urgentes
Consultados sobre qué temas debería priorizar el Estado mendocino, los encuestados señalaron de manera contundente el trabajo (31%) y los salarios/ingresos (24,1%) como las principales preocupaciones. En un segundo plano aparecen la producción, la seguridad y las jubilaciones.
Estas demandas revelan una sociedad con preocupaciones muy concretas y escaso margen para distracciones ideológicas o simbólicas. El ajuste del gasto público, simbolizado por la “motosierra” del gobierno nacional, tiene un impacto directo en los hogares de la región.
Milei supera con amplitud a Cornejo en imagen
La imagen del presidente Javier Milei resulta notoriamente superior a la del gobernador Alfredo Cornejo. En el caso del mandatario nacional, su apoyo se distribuye en todos los segmentos etarios, con una presencia especialmente fuerte entre jóvenes y mujeres. Cornejo, en cambio, muestra una valoración más débil, aunque conserva un núcleo de imagen positiva firme o moderada.
Este diferencial se traduce también en el plano electoral, donde los referentes provinciales de LLA recogen un mayor nivel de apoyo.
Las candidaturas opositoras: Félix y Difonso disputan el espacio no libertario
Al observar los nombres propios de la contienda, Emir Félix aparece en segundo lugar en la intención de voto con el 21%, detrás de un Luis Petri que lidera con el 43,1%. Félix representa al electorado del peronismo tradicional. Su desafío es romper con la dinamica decreciente de las últimas elecciones.
Jorge Difonso se mete en los primeros lugares con un 15,3%, con un desempeño particularmente fuerte en el Valle de Uco. Su presencia es más acotada en San Rafael y General Alvear. Su figura recoge apoyo de sectores que se ubican fuera de la grieta clásica entre libertarios y peronistas.
Mario Vadillo, con un nada despreciable 6,4%, si se tiene en cuenta que su fuerte es en las zonas urbanas. Gabriel Pradines con 2,3% y Laura Espeche del FIT con el 0,8% completan el cuadro. La opción “ninguno”, en tanto, suma un 11%, revelando una porción significativa del electorado sin identificación directa con los principales referentes.
Un mapa en reconfiguración
La encuesta permite identificar una serie de tendencias en la región sur y del Valle de Uco. Por un lado, la consolidación de La Libertad Avanza como la fuerza más representativa del momento, con un respaldo que excede incluso a sus propias figuras. Por otro, un peronismo que logra sostener su caudal histórico pero no logra proyectarlo más allá de sus bastiones tradicionales.
El liderazgo de Javier Milei continúa vigente, aunque con señales de alerta: su imagen positiva se mantiene, pero se vuelve más cautelosa. El voto libertario sigue siendo mayoritario, pero empieza a mostrar fisuras que reflejan las tensiones sociales del ajuste económico.
En ese marco, los candidatos opositores deberán decidir si se limitan a sostener sus nichos o si apuestan a disputar el sentido común de una sociedad que, aunque aún acompaña al gobierno nacional, comienza a exigir resultados concretos.