El candidato a diputado nacional del Frente Verde, Mario Vadillo, advirtió sobre las consecuencias del voto voluntario en la vida política argentina y aseguró que “cuando decide una minoría organizada, la democracia deja de ser de todos para convertirse en herramienta de unos pocos”.
Tras la derogación de hecho del voto obligatorio en Argentina, el candidato a diputado nacional por el Frente Verde, Mario Vadillo, lanzó fuertes críticas al sistema que, según explicó, “transformó el poder ciudadano en un simple cálculo de aparatos políticos”.
“El voto voluntario achica la democracia: deja afuera a la mayoría silenciosa y entrega el poder a quienes tienen la maquinaria estatal para movilizar votantes”, afirmó Vadillo.
El dirigente sostuvo que el caso de Mendoza refleja el problema: “Cornejo festeja con un 39 % de votos válidos, pero en realidad lo apoyó solo un 25 % del padrón. Eso significa que tres de cada cuatro mendocinos no lo eligieron y, aun así, gobierna con legitimidad formal. Es la paradoja de este sistema que le da mayoría a una minoría organizada”.
Vadillo señaló que, detrás de la nueva lógica electoral, crece la política clientelar: “Se movilizan tráfic llenas de votantes, se reparten bolsones de comida, colchones o promesas de trabajo. El voto voluntario se transformó en un campo fértil para la extorsión política y para que el aparato garantice cargos y mayorías”.
Sin embargo, también remarcó que este escenario plantea un desafío a las fuerzas que no manejan estructuras estatales: “Para quienes no tenemos aparato ni favores que repartir, la única estrategia posible es despertar a la gente. El que logra movilizar al electorado crítico gana, y el que no lo hace, desaparece. Por eso el voto voluntario obliga a militar, a convencer y a mirar a los ojos a cada ciudadano”.
Finalmente, Vadillo llamó a la reflexión y al compromiso ciudadano: “Cada mendocino que se queda en su casa no es neutral, está regalando su poder al aparato político. Votar no es un trámite menor, es el acto más poderoso de control sobre quienes gobiernan. Si dejamos que decidan unos pocos, los costos económicos, sociales y democráticos los vamos a pagar entre todos”.













