El debate legislativo para habilitar proyectos mineros quedó atravesado por un episodio que encendió alarmas en la política y en la comunidad científica. Un informe de la sede Mendoza del CONICET, que advertía riesgos ambientales, hídricos y sociales del Proyecto Minero San Jorge fue retirado del sitio oficial del organismo justo antes de la sesión. En su lugar apareció un comunicado que relativiza las observaciones críticas y se alinea con las posiciones del Gobierno provincial, el Gobierno nacional y las empresas mineras.
En la Legislatura, el diputado José Luis Ramón fue quien transformó el hecho en tema central del debate. Desde su banca denunció “censura científica” y acusó directamente interferencias políticas: “La vicepresidenta de la Nación dio la orden al CONICET y el CONICET dio de baja el informe”. Su intervención, cargada de tensión y sorpresa, marcó el tono de una sesión que se volvió áspera y de alto voltaje.
Un informe crítico que desapareció
El documento original del CONICET —realizado por equipos interdisciplinarios— advertía falta de información esencial, riesgos severos sobre los recursos hídricos, impactos ambientales y ausencia de garantías socioeconómicas. Sus conclusiones coincidían con evaluaciones técnicas de la Universidad Nacional de Cuyo, el Departamento General de Irrigación, IADIZA y otros organismos. Pese a ello, fue eliminado sin explicación pública y reemplazado por un comunicado que afirma que su contenido habría sido “malinterpretado”.
La decisión generó inmediato repudio. Investigadores y organizaciones socioambientales denunciaron que el cambio vulnera la autonomía científica y revela presiones externas para despejar el camino de aprobación de la explotación minera.
Ramón en el recinto: “Estamos comenzando la minería haciendo trampa”
La polémica escaló cuando la legisladora de la Unión Mendocina, Jimena Cogo, leyó el nuevo comunicado del CONICET en plena sesión. La respuesta de Ramón fue inmediata y contundente. Acusó al oficialismo de actuar en función de intereses empresariales y de intentar instalar un relato conveniente: “Es fuerte, es muy fuerte. No que tengamos directiva de esos empresarios que van a hacer negocio y que el miembro informante valide aquello que le informó la empresa que va a perforar la montaña de nuestra Mendoza”.
Ramón criticó además la forma en que se presentó el comunicado rectificado, comparándola con una chicana judicial: “Sacar el papelito para chicanear, cuando lo que hicieron fue dar de baja un informe entero”. Luego advirtió sobre el impacto hídrico del proyecto y relató su visita al arroyo El Tigre, destacando la poca cantidad de agua disponible y la intención de privatizar un recurso público vital para el oasis mendocino. Cerró con un mensaje claro: “Basta de vender espejitos de colores”.













